A los Globos de Oro a menudo reciben el insoportable sobrenombre de “antesala de los Oscar”, aunque también se les describe como el hermano pequeño (y algo más feo) de tan sonada gala. En realidad, puestos a comparar, los Globos de Oro serían más bien su primo canalla. Por lo menos hasta hace unos años.
En los Globos de Oro, es sabido, que históricamente abundan los episodios tóxicos como una Bette Midler simulando una felación a la estatuilla, el ya legendario speech etílico de Gerard Depardieu y, más recientemente, los monólogos viperinos de Ricky Gervais.
Todo esto tiene una explicación muy sencilla, y es que entre los invitados se distribuyen unas 7.500 copas de champán y, desde dos horas y media antes de la ceremonia, se pone a su disposición una barra libre de cócteles. Es decir, si en una gala ha de ocurrir un episodio de incorrección, debe ser aquí.
Sin embargo, en los últimos años los Globos de Oro se han apropiado de los peor de los Oscar y hoy una de sus galas es un soberano sopor. Anoche se confirmó esta deriva.
Como cada año, en Primera Línea te traemos una galería con algunas de las mujeres más infartantes que desfilaron por la alfombra roja previa a la gala. Hemos de decir que ha resultado ser una tarea titánica, mucho más que anteriores años, pues el lucimiento de carne en esta ocasión ha sido más bien escaso.
Esto se debe al hecho de que las actrices han decidido vestir de negro y mostrarse más recatadas que nunca en protesta pot la reciente oleada de acusaciones de abuso sexual que ha destapado el caso Weinstein.
Con esto no queremos, ni mucho menos, frivolizar, porque todas estas féminas no nos podrían tener más de su lado en su cruzada contra la masculinidad tóxica, pero sí queremos exponer una realidad, y es que en esta ocasión el espectáculo visual ha sido más discreto que en anteriores ocasiones.